Saco un poco de hueco en estos días tan ajetreados que estoy teniendo para hablar de una fotógrafa que he seguido desde que me empezó a gustar esta disciplina, -la fotografía-. Podría decir, quizá que fue ella, o más concretamente una fotografía suya lo que más me motivó para introducirme en este «mundo». 

Se trata del retrato que Leibovitz hizo a John Lennon y Yoko Ono. Me impresionó la fuerza que transmitía esa imagen. Un retrato original, y atrevido, muestra de forma directa el amor que profesaba Lennon sobre Ono, una relación que siempre fue polémica, posible causa de la ruptura de The Beatles. Fue cuando me di cuenta que la fotografía era una expresión artística como la pintura. Que una imagen fotográfica podía transmitirte tantas sensaciones como cuando escuchas una canción que te gusta.

Lennon y Ono por Annie Leibovitz.
Horas más tarde de la realización de este retrato, Lennon murió asesinado.

Poco a poco fui descubriendo más fotografías de esta retratista americana. Como ese bello retrato de una embarazada Demi Moore. Recuerdo que una de las primeras fotografías, si no la primera que muestra a un personaje público, totalmente desnuda, y esperando a su bebé:

Demi Moore, por Annie Leibovitz

Me considero un fan de Annie. Debo decir que no me gustó la campaña publicitaria que realizó para Disney. Pero me alegré mucho cuando me enteré que iba a ser premiada con un Príncipe de Asturias. Ayer fue la ceremonia de entrega y puedes ver su discurso completo aquí. Yo me quedo, sin duda con este párrafo:

«Para el fotógrafo, la fotografía no es sólo algo que queda registrado. Es la expresión de un punto de vista. El trabajo del fotógrafo es expresar ese punto de vista de forma tan acertada y consciente como le sea posible, con su talento, experiencia e intuición.

El fotógrafo es quien registra la experiencia de la mirada y la transforma en una imagen duradera.»

Enhorabuena Annie.