El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, es una de esas películas que no pasará a la historia como el mejor Western, pero que tiene un trabajo casi perfecto en el apartado de fotografía, Roger Deakins tiene la culpa. Una escena en concreto fue para mí la más impactante de todo el filme. Películas en la que sucede el asalto a un tren hay a montones, pero ninguna rodada con esta magistralidad, jugando todo el tiempo con las luces, la niebla, las miradas de los asaltantes… todo acompañado con una música perfecta.
Es mejor que lo veáis. Disfruten!